domingo, 15 de marzo de 2009

EL BELLO EJERCICIO DE MEDITAR

Hace unos años hubo una fuerte lucha en mí, cuando me refiero en mí, me refiero a mi cuerpo. Mi corazón decidió un día que estaba cansado de seguir el ritmo de mi tozudo cerebro, no quiso seguirle más y decidió emprender una lucha contra él. Así pues el emprendería un camino… su camino lejos de él y mi cerebro fiel a sus ideas decidió seguir el suyo. Y yo en medio de los dos completamente perdida sin saber que hacer, consecuencias de estos desencuentros fue que en mi se produjo una gran crisis. Una gran crisis, emocional, personal y física. Fue en aquel momento cuando me iniciaron en el arte de la Meditación.

Meditación palabra que describe la práctica de un estado de atención concentrada, sobre un objeto externo, pensamiento, la propia consciencia, o el propio estado de concentración. Hay diferentes técnicas de meditación las cuales son clasificadas según su enfoque. Unas poseen un enfoque religioso, otras simplemente están enfocadas a un mantenimiento de salud física o mental e incluso algunas tienen unos propósitos de conexión cósmica para encontrar respuestas a preguntas universales que a lo largo de la Historia el ser humano ha tenido. Algunos estudios científicos han demostrado que algunas técnicas de meditación pueden ayudar a mejorar la concentración, la memoria y mejorar el sistema inmunológico y la salud en general. A mi hay una definición que siempre me ha gustado mucho, la que algunos maestros Zen dicen, “que meditar es tocar el corazón del ser humano”.


Mi inicio en la Meditación fue muy simple, quise que mi mente con ese cerebro al mando, se apagara durante unos minutos, pudiendo sentir por fin hablar a mi corazón y el alma que escondía. Como alguien me dijo una vez hay que mirar siempre lo positivo de unas malas experiencias y así lo hice. Aquella crisis me enseño que poseía un alma cansada a la cual no escuchaba nunca y que a través del instrumento de la Meditación comenzaría a sentirla plenamente. Hay días en que siento la necesidad de poder hablar con ella y las dos como buenas amigas nos fugamos lejos del alcance de todo lo que nos rodea.


Es un momento mágico cuando medito, con una música relajante y llena de paz de fondo, empiezo a encender un oloroso incienso y una vela, cruzo mis piernas en posición de loto y mis manos poso en ellas con sus palmas hacía arriba, cierro mis ojos y comienzo a respirar lentamente, sintiendo en cada respiración como el aire entra y sale de mi cuerpo. Es cuando decido marcharme, cuando mi mente queda en blanco, marcho lejos, mi alma me acompaña, siempre nos refugiamos a una hermosa playa, siento la brisa del mar, oigo el ruido de las olas golpeando en la orilla. Muchas veces somos intrépidas aventureras mi alma y yo, nos adentramos en ese mar y nos sumergimos en su fondo convirtiéndonos en sirenas visitantes de paisajes marinos. Durante unos minutos marcho lejos de pensamientos, problemas y trabajos cotidianos. Llega el momento de volver y mi alma y yo nos despedimos, poco a poco mi mente con su cerebro al mando va despertando volviendo a su incansable trabajo. Abro mis ojos y nuevamente estoy de vuelta.
El bello ejercicio de meditar, cuando mi mente se para por unos instantes y llega ese momento mágico de encuentro con mi alma… Son mis minutos ¡MARAVILLOSOS!

10 comentarios:

  1. Tuve mis épocas de meditación durante muchos años. El año pasado incursioné por el yoga. Pero no necesito mucho para evadirme de los problemas.
    Ahh, Mamen, ojo a quién te llevas a la playa con vos. En mi caso, ultimamente, me llevo una casa rodante...con alguien dentro.
    No hay caso, no puedo hablar en serio.

    ResponderEliminar
  2. Ja,ja,ja veo que no te puedo engañar Luciana, me has pillado, en mi playa ultimamente aparece un hombre que vive en una casa rodante. ¿no te parece una maravillosa manera de evadirse?

    ResponderEliminar
  3. que cosa maravillosa resulta, que cuando estamos tocando "fondo", por variados motivos que se nos cruzan en nuestras vidas surge nuestra "tabla de salvación".sé de la meditación,pero la verdad, me cuesta mucho quedarme en silencio mental.práctiqué reiki(tengo nivel 2)y mi parte espiritual traté de ponerla como prioridad.
    pero.......la playita con la casita rodante es mía y solo mía!!!!!!!!!!!!!!NO LA COMPARTO.ESTE ESTÁ TAN SOLO QUE SE DEJA HACER TODO!!!!!!!!!!!!
    abrazos

    ResponderEliminar
  4. Madre mía, sólo nosotras sabemos qué os traéis con eso de la casa rodante, jajajajaja!!
    Porsupuesto, esa es una buena forma de meditar... :-D
    Como soy muy inquieta hace tiempo quisé buscar por lo menos, técnicas de relajación, siento que me hace falta.
    Siempre he oído que una vez al día viene bien evadirse de todo y estar 15 minutos en silencio para meditar o para respirar profundamente, pero nunca lo hago porque no sé muy bien cómo llevarlo a cabo, voy a intentar hacerlo como tú a ver si logro concentraerme.
    ¡Besitos!

    ResponderEliminar
  5. He practicado yoga hace unos años, pero iba con una amiga y al final nos evadíamos más hablando, riéndonos, que yendo a yoga. Para desconectar salgo a correr y la verdad es que me libera mucho, aunque intento seguir las técnicas aprendidas en yoga para cuando me quiero relajar.

    Muchos besos y gracias por pasarte por mi blog.
    Te sigo leyendo.

    ResponderEliminar
  6. Hola Mamen, me paso de nuevo por tu país de las maravillas para leerte...
    Yo no hago meditación, prefiero salir a montar en bicicleta muy rápido, contra el viento, para así poder dejar a un lado la cabeza y escuchar mi corazón.
    Un beso,
    *Lisa*

    ResponderEliminar
  7. Tenemos otra cosa en común, Mamen. Llevo más de siete años estudiando yoga (mi escuela es Viniyoga), concretamente el Astangayoga. Durante algún tiempo estuve dando clases (me saqué el título), pero me lo dejé porque era un poco difícil combinarlo con el teatro. Aún así me sigo formando porque es básico en mi vida.Y si no hubiera sido porque tenía trabajo en fallas me hubiera ido tres días a meditar y hacer asana al monte.
    Me ha parecido muy interesante que nos hables del yoga, pero yo iría un poco más. Según los maestros hay meditación externa y meditación interna. Cuando haces asana, unido al pranayama (respiración consciente) puedes practicar lo que es meditación externa, y eso extrapolarlo a la vida cotidiana. Sin embargo, en la meditación interna es una y mil veces volver al objeto de meditación. Es muy difícil dejar la mente completamente libre de pensamientos. Pero bueno, estoy en ello.
    Espero no haberte aburrido con mi pequeña aportación sobre la meditación.
    Pásate por mi blog porque hay unos premios y unas preguntas (las respondes si te apetece).
    Saludos desde La ventana de los sueños, blog literario.

    ResponderEliminar
  8. Hola Mamen tengo un premio para ti en mi blog. Un besito

    ResponderEliminar
  9. Todavía no incursioné en la meditación pero me dicen que es maravilloso.
    Tendré que intentarlo.

    ResponderEliminar
  10. Me alegro por tu experiencia, es maravilloso descubrir que a cada día mas personas buscan su interior, su verdadero SER, espero que lo encuentres, saludos desde Lanzarote.
    Carlos Campaña

    ResponderEliminar